La taxidermia, del griego "taxi" (arreglo
o colocación) y el griego "dermis" (piel), se define como el arte de
disecar animales para conservarlos con apariencia de vivos y facilitar así su
exposición, estudio y conservación.
Es una práctica que generalmente se utiliza con aves
y mamíferos, pero que se aplica a la totalidad de animales para permitir su
conservación.
A la hora de preservar los animales a lo largo del
tiempo se utilizan distintas técnicas y métodos en función del uso que se les
vaya a dar. Así, no es lo mismo disecar para, por ejemplo, la sala de
exposiciones de un museo, donde primará la estética, tratando de proporcionar
al animal una postura lo más natural posible y dar la impresión de viveza o
movimiento, que conservar un animal para su estudio, por ejemplo, para la
determinación de la especie en una Facultad; en este caso trataremos de que se
observen las partes más definitorias y procuraremos que ocupe el mínimo espacio
posible (para facilitar su almacenaje), además,
se intenta que las extremidades no sobresalgan mucho, para evitar
posibles daños por golpes accidentales y se minimizan los gastos, no se colocan
los ojos y en ocasiones, no se rellena el cuerpo, colocándose por ejemplo la
piel sobre una cartulina.
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Diferencias entre una conservación para exposición (izquierda) y para laboratorio (centro y derecha) |
